Los Hijos del Viento
Casi como un gitano, los
migrantes van y vienen; viven en un mundo de constantes caminos por recorrer y
con más de un objetivo por lograr. Como la vida misma, éstos van relatando
historias con cada paso. Es así como los estudiantes de último año para la Licenciatura
en Teatro, definen lo que fue su vivir en la Universidad Nacional Experimental
de las Artes: UNEARTE; su Alma Mater.
Éstos alumnos son "hijos del
viento" que así como la propia corriente de aire lo hace, no detendrán sus
idas y vueltas; siempre estarán en constante movimiento. Y es así como Los
Hijos del Viento es la obra interpretada por ellos para culminar con honores su
período como estudiantes de pregrado y con miras al futuro: al mundo
profesional o tal vez, también a estudios más avanzados.
Dicha obra fue
creada y dirigida por Miguel Issa y en ella participan 16 actores y
actrices, 13 productores y productoras, 8 diseñadores y diseñadoras,
4 estudiantes de artes plásticas y 3 estudiantes de audiovisuales.
En las siguientes líneas se irán reflejando y
desarrollando las distintas opiniones, las distintas perspectivas e
impresiones de la experiencia de asistir a una obra de teatro como Los Hijos del Viento. Ésto, por parte de algunos
estudiantes del Trayecto Inicial en UNEARTE.
1. Gabriela Herrera (Artes Plásticas):
"Era la
primera vez que asistía a una obra de teatro tan elaborada y por
supuesto, importante. Me refiero a que hasta ese entonces mí único
recuerdo de ser espectadora de alguna obra eran las realizadas en el
bachillerato.
Y hubiese sido más
'especial', si hubiese podido ser 'parte de la obra' como muchos
otros que si obtuvieron un 'pase' al escenario que se les permitió,
y se los otorgaron por llegar mucho más temprano. Fue un gran honor,
a mi parecer.
En fin, con
apreciar el espectáculo desde principio a fin y desde la butaca
teatral me bastó (¡Por ahora!).
Tratar de tomar
fotos del comienzo de las escenas sin que el 'flash' descontrolado de
mi cámara atrajera la 'advertencia' de los vigilantes, fue una
'proeza' gigantesca que me hace sonreír (ahora), cuando se
me pasa por la mente esa noche.
Otras cosas menos
vanas y más enfocadas en el tema de la obra, también se me pasan
por la mente. Por ejemplo, la fuerza y la pasión. Mucha fuerza en la
ejecución y mucha pasión fue lo que noté mientras transcurría
el tiempo y las escenas se sucedían, etc.
Todo empieza con
los viajeros caminando con sus maletas y luego recitando algunas
palabras que emulaban su llegada a un punto decisivo en sus vidas (y
así lo entendí yo). Después las escenas se acontecían entre
bailes alocados y desenfrenados, risas y sollozo; entre actores
que iban de aquí para allá con máscaras femeninas y masculinas
como para lograr reflejar la dualidad que existe en el ser de cada
quien. Minutos después, más desenfreno; un circo, payasos que
quieren esconder sus pesares ante el mundo expectante y un
pequeño recitar de palabras que da a entender ésto último.
Luego un período
de calma en donde se muestra a los actores como en un campo de trigo
y el viento mueve estas espigas terminales.
Como la vida misma,
los actores en la obra van de un lado a otro, y entre risas y
sinsabores se va esclareciendo en sus mentes qué tanto deben seguir
adelante. Y en cada oportunidad en la que debieron empezar su andanza
siempre tuvieron y seguramente tendrán consigo las enseñanzas de su
pasado y de aquel que aún sigue fresco en su memoria.
En Los Hijos
del Viento pude ver que además de la excelente preparación de
los actores, también la escenografía no defraudó; al igual que no
lo hizo, el manejo de las luces y el sonido.
En realidad, fue
una obra para recordar memorablemente y puedo decir que me encantó;
sencillamente una muy grata experiencia.
Por último diré
'¡Gracias estudiantes de Teatro que hicieron esta obra realidad! Y, ¡Gracias UNEARTE por sensibilizarme mucho más hacia las artes!"
2.
Eddisson Rivero (Danza):
"Pudimos apreciar desde la entrada a la obra que fue justamente desde
el escenario un laberinto donde nos topamos con los personaje
que nos hacían el recorrido por ese pasaje , hasta encontrarnos con
el patio donde allí reposaban y adornaban vestuarios que nos
hacían sentir que eramos visto por ellos...a través de los
diferente monólogos conocimos las diferentes situaciones de cada
uno de ellos ensamblados con coreografías y enormes pinturas que
ambientaban el lugar y nos llevaron a las diferentes etapas de la
vida circense..que nos llevan a la reflexión y ver que cada
ser humano esta lleno de mucha sensibilidad que muchas veces
cuando se sube el telón es para agradar y hacer la vida de
los otros mas amena, pero casi nadie y nunca se dan cuenta
que pasa dentro de esa carpa donde quizás la alegría que allí
se encuentra para mucho no es igual..."
3. Jermaine Carneiro (Artes Plásticas):
"Hijos
del Viento es una obra muy inspiradora desde la entrada hasta la
salida se siente múltiples energías tantas buenas como malas pero en
fin las palabras que mas me gustaron de la obra (son bellas las
cosas.El circulo del mundo es bello)..."
4. Tania Morales (Artes Plásticas):
"Hijos
del viento:
7:03
pm y han abierto las puertas de la sala Anna Julia Rojas, asombroso
fue ver los asientos cubiertos de camisas, como no sabría para que,
busque uno que no las tuviera, típica cobardía o quizás miedo, pero
en realidad no se a que; melodía, telas de colores tendían del
escenario, abrían paso a una fila de personajes con maletas y
lamparas en las manos, así comenzaba esta obra, personificadas por la
4ta promoción de teatro de UNEARTE, 14 actores desarrollando una cautivante historia.
Inmigrantes con una larga e infinita expresión como han de ser la familia
circense, pero lo mas cautivador de esta obra (a mi parecer) fue el enriquecido toque de poesía al momento de comentar anécdotas de sus
vida, de como han ido de aquí para allá, donde el viento los lleva,
donde solo quedan “pueblitos de recuerdo”. De esas lecciones de
vida que han ido asumiendo; de “solo mirar, atrás, a los ojos, el
cielo y basta”, de vivir como en el circo, “la carpa de la vida”,
un escenario, tramoya, actores y si algo sale mal “el espectáculo
debe continuar”.
Entre
sonidos, suspiros y danza se muestra un poco de los espectáculos que
daban esta familia y no esta de mas decir que tan magníficos eran que
transformaban todo en un verdadero numero de circo. De la mas pequeña
comentaban que no entendía muchas cosas, que la muerte para ella solo
la veía en los pájaros, pero cuando murió el mas anciano de ellos se
dio cuenta que “ la muerte es quedarse quieto para siempre”, y
entre las mujeres solo quedaban recuerdos de infancia, de como su
mama tejía o como era tan magnifica en todo el sentido de la palabra,
y era así como se llenaban de recuerdo, como se creaba una atmosfera
significativa para aquellos que conforman el circo..."
Es así como un mundo de migrantes (emigrantes e inmigrantes) se nos muestra ante nosotros junto con fiestas foráneas y ferias o circos; todo para reflejar la vida misma que está llena altos y bajos. Los Hijos del Viento es eso y más; en definitiva una excelente obra teatral que no hay que perderse.